sábado, 27 de noviembre de 2010

Acerca del mandil ritual de los francmasones.

Este trabajo cuenta con autorización de su autor el H. Ludovic Marcos, Conservador del Museo de la Francmasonería, GODF, Paris,  para ser publicado en el Blog Rito Francés.
Debido a ciertos inconvenientes, tal presentación fue momentaneamente postergada pero a fin de no privar a los HH. de su lectura, se publica hoy en esta Imprenta de Benjamín, blog igualmente asociado al   Círculo de Estudios de Rito Francés Roettier de Montaleau.
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Título  original : « A propos du tablier rituel des francs-maçons ». Con fecha de noviembre de 2007.
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El mandil que los francmasones llevan en sus ceremonias rituales, constituye una característica propia y original de la institución. La francmasonería es la única estructura que a partir de las prácticas y representaciones de un oficio, en este caso el tan prestigioso de la piedra en su tiempo, ha dado paso a una filosofía del hombre.
Es igualmente la única forma de sociabilidad profana donde los usos implican hasta un cierto punto a la gestualidad y el cuerpo y que en consecuencia, o por lo tanto, se basa en un lenguaje simbólico.
Es dentro de ese contexto que debe apreciarse la realidad y el significado  para los francmasones de este elemento vestimentario que cubre el bajo vientre y se abre a una serie de interrogantes e interpretaciones.

Tales particularidades y la discreción que le rodea alimenta las especulaciones acerca de las prácticas, calificadas por lo menos de ridículas sino de sulfurosas.
Esto es suficiente en todo caso, para detenerse y considerar la elección de un punto de vista histórico y antropológico que demanda evidentemente saber de que tipo de mandil se trata.
Hay que comenzar por recordar que la masonería se deriva de la transformación en el siglo 17 de las antiguas estructuras corporativas denominadas como francmasonería operativa.
Diversas necesidades impulsaron originalmente a los miembros de esa aristocracia de oficio a llevar al mutualismo gran parte de sus actividades, para proteger un aprendizaje y un imaginario simbólico.
La novedosa forma de la francmasonería, llamada especulativa, que aparece al principio del siglo 18, conservó el marco y las marcas de origen como signo de pertenencia y material de reempleo, puestos al servicio de una sociabilidad fraternal al invocar en especial a las nociones de libertad y de igualdad en sus nuevos términos y profesando un deísmo no dogmático.
Aunque se mantenía en el modo y la apariencia de una sociedad de diversión, festiva, esa nueva sociabilidad apartándose de las potenciales polémicas con el órden establecido, fomentará o acompañará en muchos paises, y en especial en Francia, al movimiento que en Occidente elevó el estatus de la persona, desde la sumisión a la ciudadanía.
Desde entonces la masonería sigue ligada a sus orígenes, manteniendo una cultura operativa en su aspecto de parodia, en tanto que vive un presente de fraternidad humanística. El mandil es a la vez la marca de ese orígen y de tal continuidad y es significativo de un compromiso de trabajo en tanto que modo,de realización personal y social, ayudando a asegurar el atrincheramiento y la cohesión del grupo.
Históricamente, ese mandil ha sido el punto de reencuentro entre la antigua cultura operativa y la especulacion, fechable hacia el siglo 17 y referida al Templo de Salomón.
Los mandiles originalmente, eran sin duda un elemento de la vestimenta del oficio destinado a protegerse de los cortes y astillas de las herramientas. Lleva así el orgullo y el reconocimiento corporativo y confraternal. Los miembros de las logias operativas conservaban sobre sí ese mandil en sus ceremonias, al conducir a los nuevos hermanos en las recepciones, incluyendo en ocasiones a unos pocos miembros que llamaban «  aceptados » - no manuales-  quienes eran recibidos a título de honorario y a quienes se les podía transmitir el Signo, el Pase y la Palabra del Masón. Fue así que ese cubrirse con el mandil grande y de cuero fuera adoptado naturalmente en las logias especulativas.
No existía diferencia alguna entre el mandil que llevaban los Aprendices y el de los Compañeros de Oficio: se trataba de una gran pieza de cuero flexible y suave, de color claro, que parece se extraía de la garganta de un cordero lo que explicaría la existencia de una « baveta » correspondiente a la parte del animal debajo de la boca.

Los miembros de los Talleres (como a menudo los masones describen a sus logias) que se desarrollaron rápidamente en Europa hacia los años 1720 y 30, practicaban desde el principio un simulacro de oficio.
Desde entonces se reúnen alrededor de una representación arquetípica del Templo de Salomón en el sitio de la construcción, lo que tiene una importancia capital para comprender lo que sigue.
En efecto, este emblema, trazado a la tiza, pintado, bordado, les daba la ocasión de mostrar las piedras, herramientas marcas y figuras geométricas del Oficio, ubicadas dentro de un contexto original, que era como decir : allí se reunió la primera logia, la logia madre de todas las logias durante la construcción del edificio. Hoy día la francmasonería está en el año 6007 en función de ese orígen presunto.
La evocación del Templo en construcción  tenía una tonalidad universalista que se sentía investida de una misión pacificadora novedosa para aquellos tiempos, a diferencia de otra que retenía la visión de un Templo universal  aún no concluído. Era una revolución filosófica.

Sin embargo, esa imágen sobre el piso, comprendía los signos, con un sentido y un uso ritual claro, ordenados en función de un eje orientado partiendo de dos columnas en Occidente llamadas J y B, citadas en las Escrituras, a las que se le superponen granadas ; tres pequeñas ventanas de barrotes, un damero negro y blanco llamado Pavimento Mosaico, además de diversas herramientas y sobretodo por la visión de un Delta- un triángulo- radiante en el Oriente, todo insertado en una cosmogonía elemental, con la Luna y el Sol,  y a veces las nubes y el cielo estrellado.

Las reuniones de los francmasones especulativos ahora consistía en situarse alrededor de esta representación, de esta imaginería, llamada Tapiz o Tabla de Logia. De allí proviene el nombre que se usa hoy en día, el de  «tenida » para calificar eso.
Se trataba entonces, originalmente, de un acto conmemorativo, rápido, edificante y en fin, reflexivo, a partir de la observación y del comentario en la tradición del « ars memoria »  medieval o del « art of memory » inglés.
Alrededor del Tapiz se organiza el espacio, se ejecuta una circulación dextrógira, se perpetúan los juegos de preguntas-respuestas codificadas como modos de reconocimiento (llamadas retejados), las ceremonias de iniciación y prestación de juramentos, y tendrán su lugar los sitiales, candelabros y el  mobiliario.
Finalmente, cuando los locales se hicieron permanentes, los grupos mejor instituídos y las ceremonias mas largas, los elementos representados sobre el tapiz pasaron a ser una realidad en tres dimensiones. El local así amueblado, llamado logia o Taller, terminará por denominarse tambien Templo.

En los años 1740 y posiblemente con buena lógica, aparecieron esas decoraciones sobre los mandiles de los francmasones especulativos.
Estos también sufren un cambio con la aparición del grado de Maestro en las logias, que no era hasta entonces mas que un cargo. Se van a diferenciar en mandiles que quedan blancos para Aprendices y Compañeros, de tamaño mas pequeño, ahora en cuero o en seda.
Terminarán mas adelante con la baveta elevada o rebatida según el primero o segundo grado. Paralelamente, los mandiles de Maestro son cada vez mas decorados, muchas veces con temas basados en la dramaturgia de ese grado, marcado por la muerte de Hiram, el Maestro arquitecto o directamente inspirados en los Tapices de logia de que se ha hablado.
Durante la segunda mitad del siglo 18, los mandiles llegan a ser el soporte de obras de composición. Pasan a ser Tapices de logia miniaturizados o simplificados con los principales motivos citados- columnas J y B, Luna y Sol, triángulo radiante, piedras bruta y tallada, herramientas, no solo la escuadra y el compás, sino la plomada, nivel, trulla, cincel, mazo, etc y en ocasiones un cenotafio y –o- un túmulo de piedras, un cráneo, la rama de acacia, etc.
El mandil de masón, se convierte desde esa época en el portador de un significado simbólico. Confeccionado mas y mas frecuentemente de seda bordada de hilos, de canutillos, permiten tener un mandil a la vez común y personalizado.
Sin duda que cuando es lujoso, permite igualmente un cierto lucimiento social. Era muy apropiado decir como hoy en día, al sumar las bandas y collares que alguien así vestido estába « decorado ».
El período que va desde el último tercio del siglo 18 al segundo imperio , fue la edad de oro de esos mandiles en cuero, seda, algodon o fieltro (rara vez), pintados o impresos, que hallamos hoy día en una gran variedad de modelos, de  mucha habilidad y creatividad.
Los diseños de artistas del bordado trabajando en esas confecciones, terminaron por formar las «Maisons » establecidas como Habert, Brun, Guerin, Teyssier, Orcel en Lyon, etc. La existencia de grados después de la maestría, llamados « altos grados », que fueron apareciendo en la segunda mitad del siglo 18 y se difundieron al final del mismo, será una nueva ocasión para diseñar nuevos tipos de mandiles de Elegidos, Caballeros de Oriente, siguiendo con los Rosacruces y  Kadosch en el siglo 19.

De todas formas, el acceso a los Hermanos de medios mas bien modestos a partir de 1830 y sobretodo de 1848, la posibilidad de realizar fácilmente series repetitivas, basadas sobre motivos simplificados, el desinterés parcial por el ritual durante el período de los combates republicanos, explican la baja progresiva de las creaciones y de la calidad después de esto.
Bajo la Tercera República, en el siglo 20, solo la Maison Gloton que hace su aparición por los años 1960, tratará de mantener una tradición o de crear nuevas formas de composición.
Solo recientemente y por razones ligadas tanto al interés reavivado de los Masones, como a las nuevas posibilidades técnicas, es que han aparecido algunas obras originales y estéticas. Entretanto el arte del bordado del mandil masónico está prácticamente desaparecido.

¿Qué ha sido y qué es el mandil ?¿Podría afirmarse que por su orígen profesional, por la personalidad de los fundadores, no solo hombres, aunque marcados por el clubismo britanico bien masculino, se trate aunque no se diga, de un mandil masculino ?
No parece ser tan simple.
Siempre hubo mujeres entre los constructores y en Francia, fueron iniciadas desde la mitad del siglo 18. Se instituyó una « Masonería de Damas », que conformaba unas cien logias en vísperas de la Revolución, pero es cierto que esa masonería llamada de Adopción desaparece para la mitad del siglo 19. Los mandiles de las Hermanas de esa época son mas redondeados, festoneados, decorados de motivos específicos del ritual femenino : Rosas y la escala de cinco barras, Eva ante el Arbol del Conocimiento, con la serpiente y la manzana de la tentación( !), el Arca de Noé, la Torre de Babel, etc.
Desde fines del siglo 19, las  mujeres vuelven a aparecer poco a poco en la masonería, esta vez haciéndose cargo- por la fuerza- de las decoraciones y usos masculinos tal como la creación de la obediencia mixta del Derecho Humano, fundado por Marie Deraismes, al que se une Louis Michel.
El resurgimiento de la antigua masonería de Adopción, específicamente femenina se hará en 1902. Finalmente para los años 1950 se adoptan los riruales masculinos en el seno de lo que es hoy la Gran Logia Femenina de Francia. Un solo Taller fememino, Cosmos, conserva el rito original.
Las francmasonas representan al comienzo de este siglo xxi un cuarto de la francmasonería francesa que comprende unos 150.000 miembros.

¿Qué uso hacen los francmasones de ese mandil ? Es cierto ante todo, que ese atributo es un signo identificatorio fundamental, que conlleva tanto la idea de continuidad con la antigua hermandad, como la noción de universalismo y un profundo apego al trabajo (tanto intelectual como manual dicen los rituales), donde es específicamente designado como «emblema ».
Aún permite alimentar un mítico entorno de los constructores de catedrales y de «maestros venerables » de entre ellos, aunque no exista continuidad orgánica alguna con los mismos.
Regularmente se emplea como tema de plancha en los Talleres, por ejemplo como signo de igualdad, modo de libertad interior, símbolo geométrico (cuadrados basados en el número de oro, cuadrados con triángulos superpuestos), evocación de los orígenes, alegoría del silencio, forma y receptáculo de astillas de la piedra tallada, negación de la personalidad en la construcción, como enlace a los oficios con blusa y  delantal, reflexión sobre el pectoral y el vestido que permite proteger y mostrar a la vez, etc.
El mandil marca la pertenencia masónica de modo tan significativo que se habla de «mason sin mandil » para referirse a uno que reune las cualidades pero sin serlo formalmente.
El mandil masónico es el medio de efectuar una separación con el mundo llamado «profano », de quedarse al resguardo de las turbulencias de la sociedad y de situarse en igualdad cara a cara con otros, cualquiera sean las jerarquias exteriores.
Se presenta como una superficie, una «decoración » de proyección y representación que fortalece la gestualidad del cuerpo, importante en francmasonería. Es en definitiva una « pantalla » en todo el sentido de la palabra.
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viernes, 19 de noviembre de 2010

Fantasías, Símbolos e Ilusiones masónicas.

Reproducido con autorización de Propos maconniques
(Over-Blog.com)
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De la revista Le Maillon de la chaine maconnique (Eslabón de la cadena masónica) fundada en 1983, se presentan estos párrafos extractados de:

A propos d'une typologie des comportements en Maçonnerie.
Essai psychanalytique sur les fantasmes, les symboles et l 'illusion maçonniques
François BEGON - Le cahier du Maître (1er trimestre 1991).

Psicoanálisis grupal y francmasonería.

En su ensayo “Psicología colectiva y análisis del Yo”, Freud muestra que (en el ejército y en la iglesia) el inconsciente modifica el comportamiento por identificación (del Yo ideal) de los individuos entre sí y con el jefe (el presidente, el líder).
En 1947 los psicosociólogos constataron que los grupos de contención, no directivos, de diez a treinta personas eran capaces también de modificar su comportamiento.
No hay razón para que el inconciente y sus manifestaciones no estén presenten en la institución y en los grupos masónicos.
Pero el inconsciente es astuto, jamás aparece en público, sino enmascarado en mitos, utopías, creencias, comportamientos.
Es muy posible que el “simbolismo” y la “espiritualidad” vehículos de lo inexplicable, busquen en nuestras logias una máscara a su conveniencia.  
En lo concerniente a la masonería, debe añadir dos claves:
La primera es la fascinación que ejercen las pirámides iniciática y ejecutiva (de la Orden). Los colores de la decoración y el aparato mantienen la ilusión, y los hermanos de las columnas sueñan con alcanzar ese saber último o esa cumbre de la omnipotencia que son dos de los atributos de los dioses.
La segunda clave viene dada en que dentro de la vida familiar o profesional, el grupo está dirigido por un jefe, en tanto que el grupo masónico es semidirigido y que en masonería las defensas son debilidades. “Todo lo que se piensa puede ser dicho”. El imaginario, los deseos y las fantasías circulan y según Didier Anzieu, “el grupo, es un sueño”.
En términos psicoanalíticos, en un grupo se sustituye al “yo crítico” del adulto, por un yo mas primitivo, aquel de la infancia entre otros, que se designa como “yo ideal”, y el grupo reactiva ese yo ideal de la infancia si es apto para la convivencia.

Tipología de comportamientos individuales

El hermano discreto: Es el tipo mas frecuente. Se trata de un hermano caluroso, fraternal, comprensivo y tolerante, sensato y racional. Viene a una de cada dos tenidas y no toma jamás la palabra más de dos veces. Fuera de las tenidas es servicial y discreto. Es el hermano que puede encontrarse en los cargos de Tesorero o de Hospitalario.
      
El hermano mudo. Aunque con muchos años de masonería, jamás toma la palabra, y a lo más cuando es interpelado por el Venerable. Hablar en logia es difícil, sobretodo las primeras veces. Y la angustia es mayor cuanto mas grande es el grupo.

El hermano que mira (Voyeur): Jamás habla pero muestra interés en la tenida. Se identifica con los que hablan y vive y actúa por delegación. Puede citarse el ejemplo de un hermano que jamás había tomado la palabra ni presentado una plancha y que devino en presidente de su taller. Leyó el ritual, hizo circular la palabra pero jamás aportó algún comentario.

El hermano intervencionista-exhibicionista: Tiene el don de la lengua y el habla. Sabe hacer reír y a veces irrita.

El hermano contestatario: Sin cesar cuestiona el reglamento. Discute sobre todo: el orden del día, la forma, el fondo de los trabajos y los temas tratados.

El hermano líder: Habla en nombre de una facción del Taller. Porta la palabra de una corriente de oposición. Se manifiesta especialmente al aproximarse las elecciones. Anuncia un quiebre o la división del taller.

El hermano ávido de omnisciencia: Ha sido admitido en talleres superiores. Está persuadido de que los presidentes de los Capítulos, de los Consejos Filosóficos, son poseedores de un conocimiento último acerca del hombre y el mundo, que conocen un secreto. Está inquieto acerca de su próxima promoción y se preocupa por las de sus hermanos. Espía los hechos y gestos de los hombres vestidos de blanco y disecciona sus palabras. Todo le intriga. Le gustaría saber que ocurre “tras la cortina”. Esta muy cerca de la fantasía de la escena primitiva.

El hermano ávido de omnipotencia: Está fascinado por los puestos de los Oficiales, especialmente el del Venerable. Está fascinado por los Muy Ilustres Hermanos del Consejo de la Orden. Es candidato a la carrera por los cargos y en las elecciones, intriga.

El hermano ilusionado: Analiza cada grado y se analiza en cada grado. Piensa sinceramente que esta cambiando y que entró en masonería por eso. Pero es justamente  porque piensa así que inconcientemente evita el cambio real.

El hermano desilusionado: Es un treinta. Ha constatado que de arriba abajo en la escala, los hombres y los hermanos son los mismos. Renuncia a la creencia en una sabiduría superior.

El hermano en busca de identidad: ¿Qué soy yo? ¿qué piensa usted de mi plancha, de mis intervenciones?. Dígame que son satisfactorias. “Vuestro movimiento de cabeza es un consuelo, vuestro silencio es una bendición”.

El francmasón alimentario: Frecuenta muchos hermanos. Viene a las tenidas una vez al año. Es afable. Signo distintivo: aún en tenida y en su propia logia, prueba ser reconocido por el toque del maestro, Para él es una manía, un tic.

El hermano ávido de decoración: Se mueve regularmente tres o cuatro veces al año en los grados. El mismo elige los collares y mandiles más costosos y bellos. Su silueta se enriquece y posa. Se transforma y adquiere cada vez un suplemento de saber y autoridad. Está persuadido.

El hermano apolítico. En la admisión de un profano o la elección del Venerable, él vota con una bola blanca o negra, un informe favorable o desfavorable siguiendo las opiniones políticas del candidato.

El hermano ideólogo: En logia, racionaliza el principio de igualdad y exige que los hermanos nivelen sus diferencias. Es un partidario de la mixticidad. Para él, la igualdad de derechos se reduce a igualdad de sexos. Cooptado al treinta sigue siendo inflexible: “ en el país de los lobos-dice- hay que hacer lo que se debe, pase lo que pase”. Es un mago que decididamente quiere acabar con todo.

El hermano “mitópato”: Está persuadido que Hiram existió, que entre los Templarios y los grados caballerescos la filiación es cierta y que la Palabra realmente está Perdida. El grupo es de sueño, los deseos son tomados fácilmente como realidades. Pero la ciudad ideal donde todos son hermanos por ser iniciados es utópica. Tal ciudad esta divida en capillas y clanes.

El hermano “EN”: Sobrevuela a los demás hermanos. Ha asimilado la profundidad misma de la francmasonería. Piensa que allí está la fuente de la consideración que cree percibir.
Ha sido Venerable, Presidente de los Talleres superiores, delegado al Congreso de las logias, al Convento. Conoce la historia y las anécdotas de la francmasonería. Está al corriente de los liderazgos y políticas del Consejo de la Orden. De cada profano, sabrá de inmediato si será o no un buen candidato y puede prever su itinerario (su carrera….) masónica. Conoce todos los procedimientos y todas las secuencias. Maniobra con calma al momento de las elecciones. No está preocupado por nada pues lo ha previsto todo. Sabe de quien debe ser amigo y de quien debe ser hermano.

El hermano idealista: Cree que ha llegado. La colación de un grado le confiere la enseñanza correspondiente. Es lo que le permite hacer una economía de trabajo mental de integración de las etapas iniciaticas sucesivas.

El hermano envidioso: Si un hermano más antiguo que él frecuenta los Talleres superiores, mientras que él sigue en la logia azul, desarrolla un sentimiento de celos por un supuesto saber supuesto que ansiaría compartir. Si ese hermano se presenta en logia, manifiesta impaciencia y oposición. Si tal hermano está ausente será el primero en recriminar su ausencia.
El hermano ritualista: Es muy puntilloso acerca de los pasos, signos y sentido de la circuambulación- Se lo halla con frecuencia en la logia azul. Por el momento está ausente de Capítulos y Consejos.

El hermano simbolista: Ha realizado la exégesis de Boucher, Bayard, Guénon, Wirth, Ligou. Conoce el diccionario de los símbolos. Ha leído el “Que Sais-Je” de Serge Hutin. acerca de las sociedades secretas y de Paul Naudon acerca de la francmasonería.
Su comportamiento se asemeja al del alquimista de “Psicología y Alquimia” de Jung, que muestra la fuerza y la astucia del inconsciente.

El presidente obsesivo: Tiene vocación de presidente de talleres. Es el Super yo, la instancia de censura y control. Con un carácter brillante, narcisista y un tanto perverso, su fantasía deviene en la fantasía del grupo. “Sígueme, te llevaré hasta el fin del mundo, al término de la sabiduría”, Traducción: juntos hallaremos el paraíso perdido( la palabra perdida)

El presidente pelícano: Antes y después de las tenidas, en casa, por teléfono es asediado por los hermanos que vienen a él con los picos abiertos. Los escucha y aconseja. Es solicitado por todos. Después de tres años se tambalea y derrumba, exhausto, desecado.

El presidente Pigmalión: Recibe a los postulantes. Pone en marcha las indagaciones, sigue el camino de cada una y se une a esos recién llegados. A cambio le gustaría recibir su afecto, su amor.

Conclusión:  La logia se sitúa entre el imaginario del sueño y la realidad exterior. A igual que la iglesia, el arte y la actividad científica, la masonería es un “espacio transicional” entre la realidad inconsciente interior y la realidad social exterior.
Pertenece a ese “campo neutral” descripto por Winnicot  y luego por Anzieu. Ese campo es reexperimentado por los hermanos. Es un lugar y un tiempo de renovación y transformación. Al sumergirse en la vida de logia, los hermanos comparten una ilusión encantadora y se encuentran con su poder creador.
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domingo, 14 de noviembre de 2010

¿COWAN: ESPÍA O INTRUSO?


¿ QUÉ SIGNIFICA COWAN?

De la Biblioteca de UGLNSW,ACT; Sydney South, NSW, Australia; Marzo, 2005.
www.uglnsw.freemasonry.org.au
Masonic Grand Lodge of NewSouth Wales and Australian Capital Territory.
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En los rituales de origen anglosajon se dice que el Guarda Templo Externo.... armado con una espada desnuda debe repeler a intrusos o impostores y espías…….o cowans y espías (cowans and eavesdroppers). ¿ qué son esos cowans?
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Pocas palabras puramente masónicas han sido tan comentadas y tan poco comprendidas por el masón promedio como ¨COWAN¨. Todos están de acuerdo en que es un término de desprecio para aquel que está fuera del círculo de los masones, pero cuál es su real significado, de donde llegó la palabra y cómo entró a nuestro sistema, está en discusión hasta hoy día por los estudiosos de la masonería.
Es general aunque no completamente, aceptado que tiene un origen escocés. Ciertos libros escoceses antiguos dan color a la teoría. Según ellos, un Cowan sería el obrero que edificaba muros sin argamasa, como podría haberlo hecho cualquier granjero amontonando piedras y barro del arroyo, un constructor autodidacta, uno que no es del oficio. Aparentemente sus primeras apariciones datan del manuscrito Shaw de 1598. Y aparece en la segunda edición de las Constituciones de Anderson de 1738.*  Pero, ¿de dónde procede el vocablo?
La palabra griega 'kuon' significa perro, y en los primeros días de la iglesia los infieles eran llamados perros, probablemente a causa del pasaje de Mateo 7.6 : .. ¨no deis las cosas sagradas a los perros”. El antiguo término sueco 'kujon' significa un “ Silly Fellow”, un compañero algo tonto, mientras que Coyon denota un cobarde
Mackey tenía una teoría diferente: que Cowan sea una derivación o el ancestro de la palabra en inglés “common.' En Inglés antiguo se pronunciaba igual COEN que COMMON. Si esto es correcto, Cowan, significaba common, común, un término significando justamente tal clase de gente. También nótese en inglés la Casa(House) de los Comunes como distinguida de la Casa de los Lords.
Como derivación, ahora la palabra es totalmente propiedad de la masonería, nadie más la usó, y significaba para los modernos una persona ignorante y no instruida, que no era de la Fraternidad, tal como espía significa para nosotros aquel que intenta ganar los secretos de la masonería en forma ilegal.
Mas de los Cowans
En muchas localidades había hombres que habían aprendido a edificar muros y diques sin haber hecho un aprendizaje en el oficio o ser admitidos a una logia.
En Escocia a un Cowan también se le definía como un dry-diker,un dique seco,  es decir un masón que no tenía la palabra.
William Schaw fue el Master Mason del Rey y Supervisor General del Oficio.Es quien preparó un código con las regulaciones, costumbres y una regla de conducta del oficio que los obreros escoceses debían seguir y que se conoció como Estatutos Shaw.
Esos Estatutos Shaw de 1596 ordenaban… ¨ que ningún Maestro ni Compañero del Oficio recibiera algún Cowan para trabajar en su sociedad o compañía, ni enviara a ninguno de sus sirvientes a trabajar con los Cowans"… los Cowans podrían ser empleados por los maestros masones para cualquier tipo de trabajo siempre que no se hallaran trabajadores regulares dentro de las cincuenta millas.
Así es que originalmente la palabra no era despectiva pero la Orden masónica degradó su significado  al de espía, impostor, o aquel que no ha sido recibido regularmente en una logia……

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Nota: En la edición de 1738 de las Constituciones, se dice:
 …”Ese hombre que ingresa por mera curiosidad, por ganar posición social o ventajas en los negocios, el falso mason, es el verdadero Cowan y una fuente sutil de problemas en el interior del cuerpo del Oficio, que seguramente afectara la vida de la Hermandad si no se tiene cuidado!”







jueves, 11 de noviembre de 2010

CON LOS OJOS VENDADOS


Reproducido con autorización de Propos maconniques(Over-Blog.com)
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Título original: Le bandeau 
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La venda en los ojos no es ni máscara ni antifaz,¿cuál es su sentido?

El itinerario de la admisión a la Francmasonería está jalonado de pruebas simbólicas. La primera de tales pruebas es el “pasaje bajo la venda”. ¿Cuál es el sentido de la venda y qué significa esta ceguera temporaria e impuesta al candidato por tal  “pasaje bajo la venda” para la “ceremonia de su recepción”? Antes de ser presentado a una logia, el postulante es entrevistado por tres hermanos, que tienen con él una cita, independientemente de los otros que ignoran los nombres de los demás encuestadores. Cada uno produce y envía un informe al Venerable quien le dará lectura para que la logia escuche acerca del candidato. El candidato masón sabe bien que ese “pasaje” es necesario. Lo ha visto en todas las portadas de las revistas como símbolo del secreto masónico. Y ha leído que desde la antiguedad, tal “accesorio” es unánimemente utilizado para simbolizar el pasaje de un mundo a otro.
La venda no es una máscara, ni un antifaz. Lleva el símbolo de aquel que momentáneamente ha  perdido todo salvo la cabeza, sea un condenado o un postulante a los misterios de la francmasonería.
Nos guste o no, incluso aunque se desdramatice con la presencia amistosa  de quien lo apadrina y le conduce, la venda reflota en el Candidato (cándido, candidato) temores viscerales y especialmente  escenas de una ejecución.
Además está el fuego alimentador de las preguntas, que son todos disparos dirigidos hacia el Candidato.
Los temores relacionados con la venda aparecen primero al abandonarse a un grupo de desconocidos y a los fantasmas de magia y degradación incontrolable, pasible de ser tomado como objeto de burla, ridiculizado, reducido y aún  consumido, pues semejantes temores ocultan un fondo  “caníbal”.
Para la logia, la discreción es la primera función de la venda.  Permite que el candidato, siempre libre de retirarse, no pueda ver el rostro de los miembros del taller. Pero como, muy a menudo, ese candidato ha podido asistir a las conferencias públicas, tenidas blancas abiertas o participar en las reuniones festivas de la logia, es que tal función de la venda no es la primordial.

 
 
La venda no permite ver el rostro completo del candidato y enmascara el espejo de su mirada (traición de sí mismo y de nosotros mismos) al evitar ser influenciado por un sentimentalismo ocular. En fin, que a pesar de los prejuicios  de cortesía, la venda restituye al grupo un poder, una seguridad, una satisfacción, de haber pasado, a su tiempo, la situación en la cual se halla el candidato y que todos han conocido.
 
Para el candidato, la venda le obliga a bucear en sí mismo en visualizarse, en una “psyché” consciente, su propia figura. En ese sentido, la venda aclara el alma como una luz. La venda le permite igualmente al candidato no ser visto  enteramente por el grupo. La cubierta sobre su vista, será su protección, su última intimidad. Pero la justificación suprema de la venda reside en su retiro y deslumbramiento final por la luz.
 
La venda exige la humildad del candidato, su puesta a disposición, su gratitud, su credulidad. El recuerda a Thémis, la justicia, representada con los ojos vendados. El candidato no podrá remitirse más que a sí mismo  para elaborar su decisión. Tiene los otros sentidos sin velar, notablemente el oído (voz de los interrogadores, ruidos de la logia, eco sorprendente de su propia voz), el gusto (búsqueda de su saliva y copa de amargura) y la vista (reconstitución por la imaginación del espacio-tiempo).
 
Primer “útil” masónico propuesto al candidato, la venda, no es un accesorio fútil o anacrónico. Es el primer símbolo del trabajo sobre sí mismo. Imaginemos la inversión del sistema  si se propusiera escuchar al candidato con los ojos abiertos, pero por una logia de misteriosos encapuchados. Se puede ver la diferencia entre una sociedad secreta y una sociedad discreta en el hecho de que la logia es un lugar de claridad aunque que el candidato se halle en tinieblas.
 
El verdadero sentido del viaje, dijo Charles Péguy, “no es el de descubrir otros paisajes sino mas bien de mirarlos con ojos diferentes”. Pero lo aparente no excluye lo encubierto. Los hombres siempre lo han percibido. Y los mejores de entre ellos - y los más sabios - comprenden que el acto  de ver no se reduce solamente a abrir los ojos, sino que nos obliga a veces a cerrarlos, a fin de contemplar el ser que somos. De allí nacen dos lenguas diferentes: la de lo “visible” y la  de lo “invisible”: la de los objetos exteriores y sus signos y la del sujeto interior y sus símbolos; aquella de las colectividades y esta de las comunidades; aquella de la educación y esta de la iniciación.
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sábado, 6 de noviembre de 2010

LA CÁMARA DE REFLEXIONES.


Título original: Le cabinet de reflexion. 3-12-2008.
Reproducido con autorización de  Propos maconniques(Over blog.com)
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La Cámara de reflexión ¿es solo un montaje teatral?, ¿existe una real iniciación masónica?.
Este artículo propone algunas ideas al respecto.
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Toda la iniciación masónica comienza en la cámara de reflexión, lo que corresponde a una parte de los ritos iniciáticos practicados en todos los tiempos y en todo lugar. En efecto, el aislamiento del neófito en una choza o una cueva se ha practicado desde tiempos inmemoriales.
En  la separación del neófito de su familia se figura, por su aislamiento en un recinto cerrado, la muerte, un descanso en preparación para un cambio importante, como una crisálida en su capullo. La cámara de reflexión, en esencia, es lo moderno y adaptado a nuestras antiguas costumbres de la cabaña antigua.
El no iniciado vive en el miedo: miedo a la muerte, expresando el temor de vivir, miedo al futuro, al cambio, otros, etc ... Estos temores se derivan de uno principal: el miedo de sí mismo. Ante la necesidad de la introspección, se echó hacia atrás. Él sabe que tiene que poner orden en su ego. Luego  demanda la admisión en una sociedad iniciática que le propone una pedagogía basada en la introspección dirigida. 



La cámara de reflexión  se inscribe en el programa de esta pedagogía. El postulante encuentra la solicitud, la soledad, la oscuridad, el silencio, la inmovilidad y el frío a veces.
Estas condiciones resaltan el enfrentamiento consigo mismo y generalmente esa confrontación es difícil para el profano. El pasaje por la cámara impone la reflexión de su vida y hacer frente a su miedo mediante la estimulación de su propio temor. La compañía silenciosa del cráneo le muestra el pasado y su propio futuro: Fue un hombre, seré como él.

En la cámara de reflexión, el candidato deberá responder por escrito a las preguntas y redactar su testamento moral y filosófico. El número y la redacción de las preguntas han variado con el tiempo. En la actualidad, estas cuestiones se refieren a los deberes del hombre hacia sí mismo, su familia, su país, la humanidad. En la masonería liberal, la cuestión de los deberes hacia Dios ha sido abolida hace ya mucho tiempo.
  
Las preguntas rituales presentadas a Proudhon el 8 de enero de 1847 en la logia de Besancon fueron: ¿Qué debe el hombre a sus semejantes?
Respuesta: Justicia para todos los hombres. ¿Qué debe un hombre a su país? Respuesta: La devoción. ¿Qué debe el hombre a Dios? Respuesta: La guerra.
Al estar ya mejor informado de la masonería, Proudhon escribió:

 "El Dios de la Masonería no es ni Sustancia ni Causa, ni Alma ni Mónada, ni Creador ni Padre ni Verbo, ni Amor ni Paráclito, ni Redentor ni Satanás, ni nada que corresponda a un concepto trascendental: toda la  metafísica está pues, descartada. Es la personificación del equilibrio universal: Dios es  arquitecto: tiene  el nivel, la escuadra, y  un mazo; todos los instrumentos de trabajo y de medición. En el orden moral, El es la Justicia. Y esa es toda la teología masónica.

La redacción del testamento moral y filosófico permite al candidato hacer un balance de sí mismo y de lo que él considera esencial. Cualquiera que sea la calidad de lo que escribe, esto es crucial en el proceso de iniciación masónica. Al salir de la cámara, el candidato será considerado como uno que ha superado la prueba de la tierra. Todos  pretenderán creerlo y el resto de la ceremonia de iniciación continuará como si el candidato hubiera sido transformado por este evento.

"Aquí, todo es simbólico". Este "como si" es falso solo si se niega a jugar el juego correctamente. Se halla atrapado en el juego, es decir, sin saber si juega, o no queriéndolo admitir; es muy peligroso porque el comportamiento casi deriva hacia la esquizofrenia.
Así que adiós a la iluminación, no todo es una ilusión. Este "como si" es la verdad y la clave para una pedagogía que ha demostrado ser de larga vida con sencillez y con toda humildad, por lo que es y nada más. Solamente de allí podrá surgir tal vez la iluminación a partir de entonces.

¿Cómo se puede afirmar seriamente que las pruebas rituales realmente transforman, de inmediato o a plazo, a quienes las sufren?
La Cámara de reflexión es un montaje teatral. Sugiere lo que realmente puede ser.
Este pequeño cubículo, en el mejor de los casos este rincón de la cueva, decorado con figuras simbólicas es bastante absurdo en relación con las pretensiones proclamadas por el ritual. Pero precisamente ahí reside su
sentido esencial.
Cerrar los ojos sobre los aspectos de farsa, son el producto de una actitud  "intolerante" contra el ritual. Abrir nuestros ojos a lo patético "para penetrar en su significado”, es el camino hacia la revelación.
Normalmente esto no es simple, implica una reconsideración de los reflejos mentales adquiridos.  ¿Cómo tomar en serio lo que no es aparente y cómo no tomar en serio lo que parece serlo? Así es que mucha gente no puede responder a estas preguntas.
Sin embargo, estas preguntas siguen sin respuesta en el contexto de una semántica específica. Cambiar el contexto, poner nuevos puntos de referencia las enfrentarán aún más.
Los rituales y la francmasonería repiten que están en la búsqueda de la verdad, pero sin definirla. Los Mandarines de la intelectualidad masónica,  han decretado que esta verdad es inalcanzable, lo que niega formalmente las experiencias vividas por los sabios y los santos de todos los tiempos.
 
Con esta afirmación de las autoridades oficiales de la Orden, algunos masones estarán a la búsqueda de una verdad  inaccesible y para ellos sin contenido, lo que indiscutiblemente les da una seguridad. Y está muy bien así, porque desafortunadamente la verdad es incurablemente sacrílega: inquieta más bien que hace daño.

Decir que en masonería no hay iniciación real ni proceso iniciático auténtico sino solamente un incentivo, es subversivo para muchos y por demás inaceptable. Sin embargo, la historia está ahí, recordando brutalmente la vía de la experiencia humana desde sus orígenes.. 
 
No es un sacrilegio decir qué es la verdad iniciática y a que responde, su propósito, ni tampoco abordar la  espiritualidad que se deriva de un proceso que conduce a la iniciación.
Y no es una blasfemia señalar que es de este proceso iniciático que nacieron los dioses y las religiones y que el cristianismo mismo se basa en las mitologías que le precedieron.
Estas religiones de forma explícita, a veces con torpeza,  revelaron la experiencia psíquica fortuita sufrida por el homo sapiens  y que luego voluntariamente renovadas, se había convertido en la iniciación.
A través de su conciencia considerablemente ampliada, el hombre ha encontrado la comprensión de su universo propio y calma un poco la ansiedad que se apoderó de él ante las fuerzas incontrolables de la naturaleza. Lo hizo rápidamente en una sociedad que tenía una  elite privilegiada: los iniciados. Así se establece la tradición  iniciática,  vehículo que condiciona el desarrollo completo de la persona que es, como tal, el destino de la especie
Esta es la vocación de la Orden Masónica, portadora de símbolos fundamentales que expresan los deseos y esperanzas del hombre, puesto que este se ha demostrado a si mismo ser una persona. Cada uno de nosotros es el único artesano de su posible evolución y ninguna ayuda se podrá esperar desde el exterior.
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Para consultar el archivo de trabajos (en francés) del blog Propos maconniques, el enlace siguiente: